En los últimos años, el interior de las granjas porcinas ha evolucionado enormemente. Lo que antes era, simplemente, un entorno húmedo y con presencia de purín, hoy se ha convertido en un ambiente químicamente mucho más exigente para los materiales de construcción.

Nuevas técnicas como los acidificadores de purín, la acidificación del agua que beben los animales y los nuevos protocolos de limpieza y desinfección, mucho más intensos y eficaces, están ayudando a mejorar el bienestar animal y la bioseguridad. Sin embargo, también están poniendo a prueba los materiales que forman parte de la estructura y cerramientos de las granjas, especialmente los elementos de hormigón, como las rejillas, sus fosas, separadores, etc.

En este nuevo contexto, el cemento SR (Sulfate Resisting, o Sulfuro Resistente) emerge como una solución técnica que aporta una resistencia superior frente a las agresiones químicas propias del entorno porcino actual. A continuación, analizamos por qué su uso resulta cada vez más recomendable.

 

¿Qué es el cemento SR y por qué es diferente?

El cemento SR es un tipo de cemento con alta resistencia a los sulfatos, diseñado para ofrecer una mayor durabilidad en entornos agresivos. Su principal característica es su bajo contenido en aluminato tricálcico (C₃A < 5%), lo que reduce notablemente las reacciones químicas perjudiciales que pueden producirse cuando el hormigón entra en contacto con sulfatos o ambientes con pH bajo.

A diferencia de los cementos convencionales (CEM I o CEM II), el cemento SR mantiene su integridad estructural durante más años en presencia de sustancias que atacan la matriz cementosa. Por eso, este tipo de cemento, en Prefabricados Ojefer, los utilizamos en obras hidráulicas, depuradoras, estructuras marinas, suelos o ambientes salinos, así como en plantas de compostaje.

Por todo ello, hoy en día, su aplicación también debería ser cada vez más extendida en el sector ganadero, donde los nuevos métodos de manejo y limpieza han incrementado considerablemente la agresividad química del entorno.

 

Un entorno cada vez más agresivo para el hormigón

Durante décadas, el hormigón ha sido el material de referencia en las granjas porcinas. Su resistencia mecánica, su durabilidad y su facilidad de limpieza lo convirtieron en el estándar. Pero el entorno químico de las granjas actuales ya no es el mismo que el de hace 20 años.

 

1 | Acidificación del purín

Con el objetivo de reducir la emisión de amoníaco y mejorar la calidad del aire en las granjas, cada vez más explotaciones optan por acidificar el purín, MTD válida y fácilmente aplicable. Para ello, se añaden ácidos como el sulfúrico o el fórmico, que bajan el pH del purín y limitan la volatilización del amoníaco.

Esta acidificación genera un entorno mucho más corrosivo para el hormigón. Cuando el purín acidificado entra en contacto con superficies de hormigón convencionales (CEM I o CEM II), se produce una disolución de los componentes básicos del cemento, deteriorando la estructura con el paso del tiempo. Si además el ácido utilizado es sulfúrico, se suman dos tipos de ataque simultáneo: el ataque ácido, que descompone la matriz cementosa, y el ataque por sulfatos, que provoca expansiones internas y fisuración.

En estas condiciones, el cemento SR ofrece una protección extra, resistiendo mejorando tanto la acción del ácido como la de los sulfatos.

 

2 | Limpiezas más exigentes y productos más agresivos

Las exigencias de bioseguridad han aumentado. Tras cada vaciado, las granjas deben realizar limpiezas más profundas utilizando productos químicos concentrados, detergentes alcalinos, espumas desinfectantes y peróxidos, muchas veces combinados con altas presiones de agua.

Este tipo de limpieza, aunque indispensable para garantizar la sanidad, acelera el desgaste del hormigón convencional, especialmente en zonas donde el agua se estanca o donde la superficie ha perdido la capa superficial protectora.
El cemento SR, gracias a su estructura más estable frente a los ataques químicos, mantiene su cohesión y compacidad durante más tiempo, reduciendo el riesgo de fisuras, pérdida de masa o exposición de áridos.

 

3 | Acidificación del agua de bebida

Otro cambio importante en la gestión moderna de las granjas es la acidificación del agua de bebida.

Con la reducción del uso de antibióticos en la producción porcina, se han incorporado estrategias alternativas para prevenir problemas de salud intestinal.

Entre las más extendidas destaca el uso de ácidos orgánicos, combinados con productos que favorecen su oxidación. Una de las prácticas más comunes es la acidificación del agua de bebida, llegando en algunos casos a valores de pH cercanos a 4, especialmente durante las fases de destete y transición, donde el equilibrio intestinal es más vulnerable.

Este agua más ácida circula por tuberías, bebederos y, en algunos casos, entra en contacto directo con elementos de hormigón en zonas de comedero o suelo. Aunque los contactos son puntuales, el efecto acumulativo del ácido puede acelerar la degradación del hormigón estándar.

De nuevo, el cemento SR ofrece una mejor respuesta frente a este tipo de ataque químico, contribuyendo a mantener la integridad y durabilidad de las superficies.

 

Ventajas concretas del uso de cemento SR en rejillas y tabiquería de granjas porcinas

El uso de cemento SR en rejillas, fosas y elementos prefabricados de hormigón dentro de las granjas porcinas aporta una serie de ventajas claras frente a los cementos tradicionales:

  • Mayor resistencia química frente a purines, orina y residuos alimentarios, como piensos.
  • Excelente comportamiento frente a sulfatos, evitando expansiones internas o fisuras.
  • Menor riesgo de degradación en entornos con purines acidificados o productos de limpieza agresivos.
  • Mayor durabilidad en zonas húmedas o con ventilación limitada, donde la condensación y el contacto continuo con humedad agravan los procesos de corrosión química.
  • Reducción de costes de mantenimiento a largo plazo, al minimizar las reparaciones por deterioro.
  • Aunque el cemento SR presenta una resistencia inicial algo inferior y un coste más elevado que un CEM I o II convencional, su vida útil más larga frente a estos ataques químicos compensa la diferencia.

 

Banner cemento SR - Soluciones de hormigón prefabricado

 

Recomendaciones adicionales para aumentar la durabilidad

El cemento SR puede complementarse con distintas estrategias de diseño y fabricación para aumentar todavía más la durabilidad del hormigón:

  • Uso de áridos silíceos, más resistentes a la acción de ácidos que los áridos calizos.
  • Incorporación de aditivos impermeabilizantes, que reducen la porosidad y limitan la penetración de agentes agresivos.
  • Refuerzo con fibras (de vidrio, polipropileno o acero inoxidable), que mejoran la resistencia a fisuración y los ciclos térmicos.
  • Aplicación de recubrimientos superficiales (epoxi, poliuretano o cementosos modificados), especialmente en zonas de contacto directo con purines o agua acidificada.

Estas medidas, combinadas con el uso de cemento SR, ofrecen una mayor durabilidad y resistencia química, prolongando significativamente la vida útil de los elementos de hormigón en las granjas.

 

Conclusión: invertir en durabilidad es invertir en sostenibilidad

El uso de cemento SR en rejillas de hormigón dentro de las granjas porcinas no es una simple mejora técnica: es una respuesta lógica a la evolución del manejo moderno.

La acidificación del purín, la acidificación del agua de bebida y los protocolos de limpieza más intensos han creado un entorno químicamente agresivo que exige materiales preparados para resistirlo.

Frente a este nuevo escenario, el cemento SR ofrece una resistencia a los ataques químicos superior a los cementos tradicionales, reduciendo el riesgo de fisuras, desprendimientos o degradación estructural.

Aunque su coste inicial puede ser ligeramente mayor, los beneficios a largo plazo (mayor vida útil, menor mantenimiento y mejores condiciones de higiene y seguridad) lo convierten en la opción más inteligente y sostenible para las granjas porcinas del presente y del futuro.